Felipe Arturo es invitado por el Centro Cultural Metropolitano de Quito a intervenir la Sala 5 con un “site specific”. La obra busca transformaciones que produzcan una variación del patrón gráfico presente en el techo de la sala, permitiendo un acercamiento inédito a la arquitectura patrimonial. Siguiendo esta idea, se pretende entregar a la interacción del público una estructura que le permite comandar una reconfiguración tanto espacial como visual del propio espacio del edificio. De  esta manera, se ejerce una operación poética para permitir una transformación en el presente de las estructuras de la historia.

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Nuestro aporte en el proyecto fue idear el sistema que permita que las operaciones poéticas sucedan a través de la interacción con los visitantes.

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En detalle:

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La Sala 5 está conformada por tres espacios de diferentes dimensiones longitudinales, dispuestas una detrás de otra, separadas por paredes con un arco de acceso central. El piso y el techo son construcciones patrimoniales donde no está permitido realizar ningún tipo de trabajo. Además, a lo largo de toda la pared derecha de las tres salas existen arcos distribuidos a diferentes distancias tapados por paredes de gypsum, las cuales no poseen una estructura suficientemente fuerte para soportar elementos que estén anclados a ellas.

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Diseñamos un sistema que deforme la tela puntualmente. El número de sistemas de deformación total surgió de la suma de factores estéticos y técnicos (sobre todo el espacio disponible para anclar). El resultado es amable con el usuario y resalta las “cajas de tela” como ente principal de la obra.

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El sistema de poleas y cuerdas consta de un eje de madera en donde van sujetas 3 poleas. Este conjunto está anclado rígidamente a la pared por medio de 4 tensores de alambre metálico que están sujetos a la pared por medio de tirafondos.